Los ajustes presupuestarios aprobados por el Gobierno del PP anuncian una preocupante decepción de los pensionistas, los asalariados y los pequeños autónomos, esos que durante las jornadas de discursos electoralistas decían que iban a ser uno de los colectivos a los cuales se les iba a dar un protagonismo especial para la creación de empleo. Ayudas a la financiación de nuevas empresas, con intereses poco gravosos que permitieran un nuevo resurgimiento de las Pymes, verdaderas creadoras de empleo durante décadas.
Los impuestos revierten de forma inapropiada en el poco optimismo que les quedaba a los pequeños comerciantes y empresarios, en favor de las grandes superficies, dotadas de una infraestructura que les permite el abaratamiento de costes por la compra de mercancías hasta rozar el excedente.
La pequeña industria se une a está desfavorable situación con la subida del IRPF. Las promesas se difuminan en la realidad más cruel, lo que ayer era uno de los objetivos del nuevo gobierno, hoy se convierte en otra pesadilla para las familias españolas. La luz, que sufrió una pequeña bajada, volverá a situarse en la lista de los suministros al alza junto con el gas. Y esto acaba de empezar, el espectáculo continuara sin tregua.
Me resulta irónico que el representante sindical de CCOO se digne decir que puede haber movilizaciones, tras la rueda de prensa de los “recortadores”, en la cual los sindicatos y la patronal verán reducidas sus asignaciones en un 20%. ¿Dónde han estado estos señores hasta el día de hoy? Esas movilizaciones deberían de haberse hecho mucho antes señor@s sindicalistas. El pueblo necesita, está obligado a hacerse oír con fuerza, necesitamos manifestar nuestro malestar con la situación por la cual estamos atravesando, de la cual lo único que oímos constantemente son palabras como “AUSTERIDAD” o “RECORTES”.
Les pusieron las peras al cuarto a los anteriores dirigentes con la Ley Sinde, mostrándola como otro despropósito del PSOE y ahora le dan luz verde ¿qué buscan con tal decisión?
El sector del funcionariado se ve de nuevo en el punto de mira del desatino, un colectivo que hace años era “privilegiado” se ha vuelto una de las dianas del reajuste congelando de nuevo sus sueldos e incrementando la jornada laboral. Si esa es una de las formulas de crear empleo no quiero ni pensar donde acabara la cola en el INEM.
Ya me van sonando aquellas palabras en el transcurso de los debates antes de ser elegidos por mayoría, si señor@s, por mayoría, que no se nos olvide, aunque yo me atrevo a afirmar que la palabra correcta sería por precaria esperanza; que presuntamente esgrimía la posibilidad de implantar una nueva formula de contratación para jóvenes, que les permitiría estudiar y formarse, viéndose remunerados con un contrato especial, capaz de servir a las empresas para sacar un beneficio por un pequeño coste de mano de obra. ¿Dónde quedan entonces los esfuerzos que se iban a llevar a cabo para empezar a acometer medidas en el fomento del empleo? ¿Dónde queda la objetividad necesaria para saber equilibrar los derechos de los jóvenes a tener un puesto de trabajo, que les de el poder económico para emanciparse y crear su propia familia, que sea acorde con su formación y el de los desempleados, que tienen que sacar adelante a la familia que han creado?
La vara de medir ambas necesidades es difícil ya lo sé, pero debemos ante todo pensar en el crecimiento del país, basando los esfuerzos en el buen reajuste de los dos sectores, capaces de sacarnos del agujero en el que nos han dejado inmersos, para no dejar a ninguno desprotegido. La necesaria reorganización de los poderes financieros y bancarios, la inversión a medio plazo para refinanciar empresas, ahogadas en las deudas de impagos por morosidad, el gasto desproporcionado en Ministerios hasta ahora realizados, a los cuales ni siquiera se ha tenido en cuenta para ahorrar en las nuevas medidas, harán que nuestra calidad de vida vaya mejorando con el devenir del asentamiento de todos los sectores implicados.
El PSOE nos ha dejado en la más absoluta de las ruinas, pero el PP nada hizo para tomar medidas que aportasen soluciones, simplemente se mantuvo a la espera de ganar unas elecciones que se sabían ganadoras de forma abrumadora. Ahora, una vez llegados al poder, nos demuestran ostentosamente sus verdaderas intenciones. Nada piensan hacer de forma progresiva que vaya aportando soluciones paulatinamente, cortar de raíz el problema es lo que intentan y eso puede resultar peligroso. Me ronda la duda de si verdaderamente sabían a lo que se arriesgaban o incluso a sabiendas, callaron para lograr el poder absoluto, su verdadero deseo.
A nada llegaremos con un recorte tras otro, tan sólo a la cada vez más cercana impaciencia del ciudadano, cansados de ser los únicos perdedores de está lucha “sin cuartel” entre las dos formaciones al uso. Ahora le toca al PP, dentro de dos cuatrienios le tocara de nuevo al PSOE y así sucesivamente. ¿Cuando vamos a considerar la posibilidad de que puede haber otras opciones a este despropósito? Una nueva forma de hacer política está llamando a la puerta de la consciencia social no sólo en España, sino en muchos países del continente europeo; una política que se salga del estereotipo de la mayoría absoluta y en la que el pueblo pueda decidir de forma democrática junto al gobierno, la trayectoria del país.
Juan Antonio Sánchez Campos
Diciembre/2011
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