sábado, 10 de diciembre de 2011

MARAÑA

Es posible, está ahí y todos los días sucede. Pero siempre tenemos prisa, estamos ocupados o llegamos tarde a algún sitio. La nebulosa de nuestras neuronas nos deja a veces, un palmo de terreno libre para ver, pensar o sentir, pero ni siquiera reparamos en ello; movemos la cabeza en ambos lados, como cuando nos molesta un recuerdo y nos lo quitáramos de en medio malhumorados.
No mostramos el más mínimo interés por ocupar ese breve espacio en una sociedad demasiado alocada en su entorno, abocada al derrumbe de nuestra ya tocada estima. Dar un paso, fijarse en la gente que pasa a tú lado, subirte al metro o el autobús sin pensar en la parada que tienes que apearte. Sentarte en un parque y ver el trasiego de la multitud, unos personajes dentro de la historia de tú vida, con movimientos similares a los tuyos.
Levantarte y salir al campo, mirar el cielo dando un grito que te haga sentir libre, mientras el aire fresco respira salpicando tú rostro. Decir te quiero una y mil veces, hasta que tú cuerpo se sienta aliviado por un deseado abrazo.
No esperes más tiempo del que ya has esperado para ser feliz. La vida es demasiado endeble para dejarla pasar sin hacer nada por disfrutar de ella, hasta los más fugaces detalles pueden ser momentos eternos que estás perdiendo por ocultar tú timidez. Eres  protagonista de tú historia, héroe de una vida que mereces y a la que no puedes cambiar el guión por estar ya escrito para ti.
Celebra esa vida todos los días, siéntete como el anfitrión de una fiesta a la que has invitado a todo aquél que quiera pasar con un solo impedimento, prohibida la entrada a  el que intente arrebatar tú corazón por la fuerza; el verdadero dueño eres tú.
Juan Antonio Sánchez Campos
de “Maraña” - 2004

No hay comentarios:

Publicar un comentario