martes, 20 de diciembre de 2011

PRESIDENTE ¿Y LOS MINUSVALÍDOS?


En las medidas del qué será el Gobierno de España durante los próximos cuatro años se describen multitud de proyectos a llevar a cabo en esta legislatura, algunos de ellos en los primeros tres meses de su puesta en marcha. Planes que nos lleven a una mejora en la calidad de vida de todos los españoles, de encontrar soluciones apropiadas, adaptadas a las necesidades de cada sector y coherentes con los medios de los que disponemos. Todo muy bien salvo una excepción, no se ha tenido en cuenta en ningún momento un aspecto que preocupa a miles de ciudadanos y sus familias, el colectivo de personas con minusvalía.
Si cuando se creó la Ley de Integración Social de Personas con Minusvalía (LISMI), ya se cerraron algunas puertas, condicionándola de forma extremadamente sutil a las diferentes opciones de las que disponen los empresarios, ahora viene el futuro Presidente de este nuestro país y se olvida por completo de su existencia. Los principios que inspiran dicha Ley se fundamentan en los derechos que el artículo cuarenta y nueve de la Constitución reconoce, en razón a la dignidad que les es propia, a los disminuidos en sus capacidades físicas, psíquicas o sensoriales para su completa realización personal y su total integración social, y a los disminuidos profundos para la asistencia y tutela necesarias.
El comienzo del debate supuso un baño de multitudes, sí damas y caballeros, el ya nombrado presidente tocó con su varita mágica el bolsillo del contribuyente desprotegido, iba a subir las pensiones y con ello el optimismo generalizado de todos sus seguidores presentes en la sala, que se creían a pies juntillas cualquier tipo de declaración sacada de sus educados folios.
Prosiguió dotando a los “perdedores” en la batalla electoral, con la posibilidad de ejercer la oposición convenientemente, postulando su iniciativa a conversar con todos los grupos parlamentarios, los presidentes autonómicos y hasta con el ujier de la sala si fuera necesario. Todo un detalle pero, ¿donde había guardado él señor Presidente el folio en el que debía hablar de los minusválidos?
Las subvenciones a empresas que contrataran un empleado menor de 30 años, eximiéndolas del pago a la Seguridad Social por un año en contrapartida a dicha inclusión parecía salida de la chistera pero, las listas del desempleo de personas con minusválida siguen erráticas.
Deseo que las personas mayores dispongan de una pensión digna, que los jóvenes de este país puedan seguir sus estudios complementándolos con el trabajo remunerado, para hacerles competitivos internacionalmente hablando y anhelo que las listas del desempleo bajen progresivamente. Lo digo de forma sincera, sin afán lucrativo pues no soy del PP, pero igual que el trigo necesita una siembra para crecer, regida por un Ministerio que se preocupe por ello y la cultura en España necesita de gente con formación adecuada para seguir generando historia, medida por su propio Ministerio, ¿que pasará con el colectivo de minusválidos, integrado por personas de alto valor humano, profesional y cultural? Vamos señor Presidente, busque el folio por favor, que queremos aplaudir nosotros.

Juan Antonio Sánchez Campos
 20 Diciembre 2011

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