Sobre la pista de aterrizaje situada más al lado del hangar principal de el Aeropuerto de Torrejón de Ardoz, se apoyan con suavidad las ruedas de un pequeño jet, lentamente se va acercando hasta el edificio principal. Cuando por fin para sus motores y se abre la puerta sobre la escalerilla, aparece un hombre menudo, de piel rojiza y porte áspero. Levanta la mano airoso de sentirse seguro, acostumbrado en poner el mundo a sus pies con un leve gesto de su mano hacía el bolsillo interior de la chaqueta.
Con paso firme y decidido baja los escalones y se posa sobre una alfombra roja de casi 10 metros de largo, en la misma le espera con rostro feliz y contento la madrina, con su toquilla madrileña y un mantón de escaso vuelo, Doña Esperanza ha logrado lo que los demás negaban, atraer el capital extranjero de oscura procedencia hasta el corazón puro de la economía española, a su lado la Sra. Botella no cabe de orgullo en su ceñido vestido, se ha convertido de la noche a la mañana de ser la mujer de un ex presidente de gobierno en España a la alcaldesa más odiada y envidiada de toda la geografía de este país.
Las fanfarrias suenan al ritmo del paso de coreografía que toman los protagonistas de la secuencia en dirección al interior del edificio aeroportuario, donde se tomarán una botella de champan para brindar por tan excelente negocio.
Bienvenido Mr. Adelson, ha logrado lo que quería, ha conseguido cambiar todas las normas establecidas, el Plan General de Ordenación Urbana lo han hecho trizas para usted, la Ley Laboral la han denigrado a limites insospechables en su honor, los madrileños siguen incrédulos sellando los días establecidos en la oficina del INEM, la Ley del Tabaco ya no sabe uno por donde cogerla, la Ley de Blanqueo de Capitales ha desaparecido, ¿para que la queríamos en Madrid, si lo que dicta la Presidenta es Ley?, si la excepcionalidad campa a sus anchas usando el Estatuto de los Trabajadores para encender los habanos. De la Seguridad Social mejor ni hablemos, todo son beneplácitos para un huésped de rango como el que ha venido a recoger las llaves de la ciudad. Eso es lo que vale ¿no?, salga de donde salga la mano de obra Mr. Adelson es además de rico anti xenófobo, por eso y por solidaridad acoge entre sus trabajadores más del 80% de lo necesario en sus negocios.
El resto, apenas un 20% lo lanza a las administraciones, las mismas que deberán aprobar la forma de preparar unas oposiciones para entrar a trabajar en el Gran Casino. Un negocio redondo, God Save the Queen Esperenza, lo ha logrado, Hemos copiado a Luis Berlanga con Bienvenido Mir. Marshal hace casi sesenta años, con una diferencia, aquí si ha venido el americano ha despedazar la integridad española y le hemos dejado pasar. Sólo nos queda que la banca no salte hacía otro lado y tengamos que embargar los bienes para vender la chatarra en la que quedará la Ciudad de Madrid Esperanza Las Vegas. ¿Traerá este hombre también una moneda sólo válida en el imperio del burdel cómo en la Antigua Roma?
Juan Antonio Sánchez Campos
Enero/2012