martes, 14 de abril de 2020

Guiones reales sin efectos especiales


La realidad supera la ficción y la alimenta; lo que está sucediendo en un mundo globalizado que corre peligro de caer en el distanciamiento con respecto a otras sociedades puede ser imprevisible, lo que no deja lugar a especulaciones es que el confinamiento nos ha devuelto algo de cordura, empatía y una cierta abnegación al estoicismo solidario.
Caminamos desorientados en busca de soluciones, exigimos lealtad de las fuerzas políticas y las instituciones, creemos en solventar de la mejor manera posible la vuelta a nuestros quehaceres rutinarios, especulamos sobre la importancia de ser parte integrante de la UE y está por el contrario, vuelve a caer en el pozo de la ignorancia al no saber cómo resolver la amenaza que la acecha; una UE que va de capa caída y se arriesga a pasar de ser un espacio democrático con una solvencia financiera para con los países que la conforman a plegarse al sibilino ataque de cierta parte de los mismos con exigentes ideologías de antaño.
El euro se resquebraja y eso es malo para la estabilidad financiera de los países integrantes  de la institución, nos convertimos en presa fácil para el dólar o los inquisitivos avances del poder asiático e incluso de países de nuestro continente a los que eso de construir salvavidas comunes para que nadie se ahogue no encaja en sus auténticos objetivos o prioridades futuras.
Los científicos e investigadores se nos están volviendo locos de tanto probar con cientos de fórmulas una que atrape el Virus y lo estanque en una probeta. Y ahora posiblemente no se trate de falta de recursos, es más que eso, falta tiempo para llegar al éxito. Una vacuna que solape el contagio, un remedio que pare el dolor de tanta muerte en escasas semanas, un escudo protector de contagios que nos lleve a la puerta de salida y el final del confinamiento.
Las cosas cambiarán, pero ¿durará ese cambio lo suficiente como para lograr la recuperación económica sin dejar a los más débiles en el umbral de la exclusión social? Ahora todo son buenas intenciones, los agentes sociales se muestran atareados en proteger el mercado laboral del contagio, una labor que no tendría nada de extraño sino fuera porque antes de llegar esta pandemia poco se veía su labor. La ciudadanía aplaude a las 20:00 p.m. desde los balcones y saludan con efusividad al vecino de enfrente del que nunca supo nada hasta el día de hoy; ojalá mañana sigamos preocupándonos por él aunque simplemente sea para regalarle una sonrisa.
Son los partidos políticos los únicos que desfasan del conjunto con sus bravuconadas, ofensas y discursos de mitin electoral; como si estuviésemos en época de candidaturas. Mal les irá a quienes no pongan el codo al lado de su colega, aunque este sea de ideología contraria, poco tendrá que decir cuando todo esto pase de lo que significa lealtad al pueblo soberano que a pesar de su estupor con lo ocurrido, no deja de ver algo de luz al final del túnel y reconocer el esfuerzo del colectivo sanitario, fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, barrenderos, camión de recogida de basura, cajeros de supermercados, limpiadoras y así una larga lista de profesionales, al igual que el de un Gobierno que de saber lo que se le venía encima, quizá hubiese deseado esperar tiempos mejores para ser elegido. jasc

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