II
Vuelvo a la orilla de mi antiguo aroma
sumiso en el susurro de mi amiga ola
al resguardo helado de mi cuerpo.
siento tu roce en mi frente,
acaricio la brisa de tus ojos,
alargo mi mano hacia la tuya;
solo encuentro la sombra de mi alma
que ermitaña enamorada del ayer queda.
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