PECADO Y
CONFESIONES DEL FUTURO
El
FMI confirma como una de las variables al holocausto que se avecina en el
mundo, como de un calendario Maya moderno se tratara, será el desastre
económico que se cierne. Lo que no llegó a analizar era la causa más probable
de que esto llegue a hacerse realidad; las políticas de los diferentes
gobiernos siguen empeñadas en hacer del poder el baluarte de la sostenibilidad
del mundo –al que aspira cada uno-. La falta de solidaridad de los países
integrantes de la UE está demostrando cada vez más que los líderes solo buscan
el interés propio por encima del general, sin saber que sin la coexistencia de
los sistemas y la integración de las diferentes sociedades que cohabitan en el
planeta, nada es posible o al menos presumible de hacer en algún aspecto.
Su
presidenta Christie Hollande, dijo en su día algo parecido a que las personas
de mayor edad, junto al descenso de la mortalidad, harían que la población de todo el mundo
viva de media tres años más de lo previsto, elevando el coste del envejecimiento
en un 50 por ciento. En ese alegato hizo mención a que los Gobiernos y fondos
de pensiones están mal preparados por no se rentables a la sociedad, cuando
ella ronda los 56 años, es afortunada de que le quede una pensión vitalicia para
vivir holgadamente.
Pero
lejos de querer hacer una crítica al personaje en cuestión, es posible analizar
los acontecimientos desde un punto de vista más cercano. El objetivo de un
Gobierno, acelerado en la reducción de déficit agota los recursos de las familias,
el crecimiento que hasta ahora sostenía la balanza del equilibrio social, se
balancea del lado opuesto a las necesidades reales de los ciudadanos. No vale
de mucho la ayuda de la que podamos disponer en Europa a pesar de declaraciones
como
“Fuera de España y de la UE se está en ninguna parte y condenado a la
nada” dichas por el Sr. Rajoy en unas declaraciones recientes, pero lo que
no ha mencionado es si dentro de España y de la UE, nos espera algo más que recortes, reformas e
imposiciones.
La
idea de un crecimiento que haga rebajar la deuda debe ser considerada de forma
inmediata, antes de que legue a ser una opción irrelevante por el ahogamiento
deficitario de España. Cada vez es más tangible la necesidad de forma alarmante
en la creación de nuevas instituciones económicas y nuevas políticas para
afrontar el futuro más próximo. La ciudadanía ha llegado a la conclusión de que
con la actual clase política no vamos a ninguna parte, hartos de la demagogia
oportunista de sus lideres, que no han sabido acondicionar la economía a los
imprevistos; los recortes son parches en la deuda que nunca lograremos coser a
tiempo de que se desgarre la tela del déficit.
Hasta
la Iglesia es capaz de hablar de política a cara descubierta, algo solo
reservado a la intimidad de los despachos, para erigirse en valedora del
sentimiento independentista.; ya ni siquiera esconden sus oscuros manejos
convenidos a lo largo de la historia, algo que también habrá que valorar a la
hora de modernizar aspectos en el futuro, ya obsoletos del presente.
Juan Antonio Sánchez Campos
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