domingo, 21 de octubre de 2012


CON EL CONOCIMIENTO EN LA MALETA

La Administración Central está perdiendo grandes sumas de dinero a causa de la brecha que se ha ido formando con las actuaciones de una política en educación absurda; lo que hace años era una fisura en el sistema, a la que el Sr. Zapatero no puso –o no quiso- poner remedio, hoy ya es un gran agujero que es absorbido por un mercado laboral inexistente.
Estamos hablando de l@s jóvenes que comienzan a  sentir la necesidad de buscar alternativas en otros lugares, donde aplicar los conocimientos adquiridos a lo largo de su trayectoria educativa. L@s jóvenes se marchan, llevándose en la mochila la rentabilidad de su formación y dejando a la sociedad española –mal que les pese- que financió su preparación, pagando los intereses sin medios para amortizar el capital invertido.
L@s jóvenes se marchan –la mayoría sin más remedio-,  por la falta de oportunidades de empleo, abocados a dejar su entorno ante la incertidumbre de un país en crisis. No hay motivos que sugieran una mejora a corto plazo y la inversión que se hizo para lograr la formación de futuros profesionales, que fueran competitivos con el resto de miembros no solo del continente, sino del resto del mundo, se ha ido al traste por la carencia de oportunidades, sin dar pie a sacarle rentabilidad alguna –un euro invertido son catorce euros de rentabilidad-  en beneficio de la sociedad y la economía del país.
L@s jóvenes se marchan, pero quedan muchos en las listas del INEM, muchos que no han logrado terminar sus estudios por falta de recursos económicos causados por el desempleo y los recortes; otros tantos, desmotivados por la falta de un programa de apoyo adecuado al que el Gobierno ha dejado en la basura. Hechos constatados dejan a nuestro país sin marca, como uno de los más afectados de Europa por una crisis violenta que repercute en todos los sectores sociales –los que más, las clases menos afortunadas- a la que los gobernantes –España a la cabeza en educación-,  no han sabido plantar cara. Y ahora, cuando más necesitamos la ayuda de nuestros profesionales, el Gobierno ha hecho fomentar su marcha sin poner medidas de inserción laboral convenientes, para paliar el acelerado y preocupante descenso de la prosperidad formativa de nuestros estudiantes.
L@os jóvenes se marchan –en su gran mayoría- , simple y llanamente por la precariedad del empleo. De como vamos a salir de la crisis si la marcha hace escasear la adaptación de profesionales a las nuevas tecnologías, adquirida en sus años de formación, es una incógnita que deberá explicar el Gobierno de forma rápida y precisa.
L@s jóvenes se marchan con la formación bien visible en su equipaje a otros países, que les espera con los brazos abiertos para mejorar –utilizando sus capacidades-  el ritmo de crecimiento deseado a costa de nuestra inversión. España pierde su marca de liderazgo, aventurada a un mañana con un reducido importe calibrado a la educación y formación de nuestros futuros profesionales, con un saldo negativo por la falta de expectativas de una Administración incongruente.
Mientras esto ocurre, todavía hay líderes políticos y empresas privadas emblemáticas que festejan la cultura ¿Le ha preguntado alguien a D. Lorenzo Silva, reciente ganador del Premio Planeta 2012, que piensa del despilfarro en la entrega del galardón cercano a los cuatrocientos mil euros? Y no hablo del importe del premio que bien ganado es, sino de las vieiras y el vino.
Cundo la crisis golpea a las familias en la parte más sensible, el hambre, todavía queda soberbia entre la clase política suficiente para brindar con champan –o cava-. Claro que a D. José Manuel Lara, presidente del Grupo Planeta, siempre le quedará por decir aquello de que cada uno, se gasta su dinero como le viene en gana y no en campañas electorales que transitan por el borde de una inculta insensatez.
Juan Antonio Sánchez Campos

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