ENCALLADOS EN LA DEPENDENCIA
Austeridad, sacrificio,
disciplina y orden, son la bandera que ondea en las declaraciones de la
canciller alemana Frau Merkel; más
parecidas a las de la directora de un centro de reinserción a la vieja usanza,
que a las de alguien que busca la cohesión y el consenso como base reguladora
de llegar a acuerdos fructíferos entre los países integrantes de una Unión
Europea que se despedaza por la carencia de puntos de inflexión entre los
mismos.
Unos alegatos que
contribuyen sobremanera a crear un clima de consternación entre la sociedad
española, que no entiende ni el motivo, ni la causa del empeño por parte de las
fuerzas políticas más poderosas de la UE, en seguir con sus dogmas de asfixia
fiscal que llevan hacia una acefalía social
a los ciudadanos de esté país; a una rotura en la pieza que mantiene el
equilibrio de la sociedad española.
Pero parece ser que la
voluntad de un país vale más que la del resto, un interés en frenar cualquier
acuerdo que redunde y satisfaga a nuestras necesidades. La búsqueda del poder
es el verdadero objetivo de la líder germana, dotar a Europa de plena autoridad
para implantar su acceso a las cuentas públicas de los países de la UE;
cediendo con ello soberanía económica que sirva a su propio beneficio. Bien
sencillo, acaparar todo el poder decisorio a su servicio, endeudando a las
naciones con menor poder económico. Una buena estrategia que traerá por
añadidura imposiciones adustas en el maletín de los próximos personajes
fabricados para el desempeño de esa función, un supervisor bancario y un
supercomisionado –alemanes o aliados de primera-, que husmeen en las cuentas
que interesen con total impunidad.
De la inversión, como
factor clave de localizar el crecimiento que atraiga con ello la creación de empleo
en nuestro país, nada se ha hablado desde hace semanas –meses-. ¿De qué valdrán
los pactos concertados y las obligaciones contraídas? Son interrogantes que
todos los ciudadanos de nuestro país se hacen a diario –cada minuto del día-.
El desempleo en España alcanza cotas inimaginables hace apenas media década,
asumimos más del 20% del paro en toda la Unión Europea y nos siguen exigiendo
más sacrificios; si no se hace nada por paliar estos datos, la situación se
hará insostenible a corto plazo; aunque parece que esto no sea suficientemente
alarmista para el Gobierno. Es hora de poner sobre la mesa del Consejo Europeo
soluciones rápidas y consecuentes con la situación que sufre la ciudadanía
española, tomar decisiones criticas por mucho miedo que le de al Sr. Rajoy
enfrentarse a su homologa alemana España necesita de forma inmediata el regreso
de la inversión.
El sistema ha fallado
–empleo, educación, inversión, educación, cultura- por la falta de efectividad
de sus manipuladores –clase política, bancos y entidades financieras-, por la ausencia de lealtad a sus programas y
el ocultamiento de balances de las entidades bancarias. El sistema ha fallado
sí, motivo por el cual la sociedad española ha sufrido un sabotaje en primera
línea de flotación –calidad de vida y educación obligatoria-, un atentado que
ha costado más de 5000 millones de euros en recortes a la educación y una
presumible congelación de las pensiones que debilite el poder adquisitivo de
los pensionistas, junto a los estudiantes, las clase más desfavorecidas.
Aun así todavía
encontramos representantes políticos que critican el derecho a manifestarse
públicamente –Secretaria de Estado de Educación- su malestar con la gestión del Gobierno,
declarando de forma inconsciente que el uso de semejante derecho durante tres
días de ausencia a clase, supondrá un descontrol en el ritmo del curso escolar.
Como la soberbia llega a estos límites es algo ya común entre los dirigentes
del PP, capaces de poner en duda la legitimidad de los padres a expresar su indignación
ante la barbarie de su política de austeridad –contagiados por Berlín-; cuando
muchos de esos progenitores llevan más de dos años sin obtener un puesto de
trabajo que les aporte los recursos necesarios para pagar el comedor de sus
hijos y los libros de texto. Pero eso posiblemente, tampoco sea susceptible de
manifestase públicamente para los miembros del Gobierno.
Sentido común,
inversión y empleo con carácter de urgencia, son los aspectos a tratar por el
Sr. Rajoy con sus homónimos europeos, a pesar de que el CE diga lo contrario,
pues posiblemente sean otras las aspiraciones que buscan.
Juan Antonio Sánchez Campos
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