sábado, 28 de marzo de 2020

¿Qué me encontraré ahí fuera?


Al menos estaremos un mes confinados en nuestros hogares, aunque según los datos que se mueven a nivel sanitario, podíamos estar aún lejos de acabar CON La situación. la pandemia es demasiado fuerte y nuestro sistema, al igual que el del mundo global, se nos hace poco dado a una manifestación a corto o medio plazo de encontrar una vacuna que lo frene.
Durante este periodo de encierro pasaremos por diferentes fases de comportamiento, es lógico este hecho dadas las costumbres de nuestro país, muy de expresar sentimientos y sensaciones en la interacción social en la que nos movemos y poco dados a una vida familiar en la que los desayunos, comidas o cenas serán momentos extraños raramente ocasionales en celebraciones puntuales o días señalados e nel calendario de disfrute vacacional.
Dicen que de todo hay que sacar beneficio y en nuestra sociedad, sin duda alguna, el cambio notable de poder realizar la actividad laboral en el mismo domicilio hará pensarse a las empresas la formación de sus plantillas en un mundo que ya nos invade como es el de la tecnología.
Aunque el tema del tele trabajo no está exento de polémica, no son todos los que se pueden realizar a través del ordenador, la mano de obra sigue siendo protagonista en más de un sesenta por ciento de la actividad laboral de nuestro país y la gestión bis a bis aun no se entiende demasiado en la sociedad por extrañeza, duda o desconfianza, algo que tendremos que aprender con el paso del tiempo y que por desgracia, este virus nos esta comenzando a poner como percepción al imparable progreso de la tecnología en el mundo.
En definitiva, hace un mes dejamos ahí fuera un mundo que será distinto cuando podamos volver a pisar las aceras, coger el transporte público e incluso querer viajar a un país para, ojalá que dentro de pocas semanas, pasar unos días de asueto y ocio. La educación de nuestros hijos habrá cambiado sin darnos cuenta, la manera de actuar de grupos numerosos mirará con recelo a su alrededor y la confianza en nuestra seguridad sanitaria y económica quedará gravemente herida.
Pero al fin y al cabo somos un país fuerte, luchador, solidario y enormemente competitivo y capacitado, con unos conocimientos que nos harán subir enteros en la economía global y recuperarnos del dolor que sin duda nos conmueve. jasc

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