ESPAÑA
ES CATALANA Y CATALUNYA ES ESPAÑA
José Luis Carod Rovira
provocó en 2005 con sus declaraciones independentistas una situación de
malestar entre la sociedad española que trajo serias consecuencias a algunas
empresas de esa comunidad. Aún resuenan entre las cuentas de Cava el infortunio
que este señor generó con la bajada de sus ventas casi un 50% en la Navidad de
ese año, algo tan increíblemente absurdo como desprestigiar la nominación de
Madrid a los Mundiales de 2012, así como sus conversaciones con ETA para
favorecer el no atentar en suelo catalán ayudó a este malestar, que en algunos
sectores deportivos, sociales y económicos de nuestro país recuerdan con la
incredulidad de dichos actos.
Ahora viene el Sr. Mas
a ilustrar el panorama político de nuestro país con una nueva incursión para
alentar a la sociedad catalana a promover la independencia de Catalunya, una
vez más el máximo representante de la política catalana mete la pata hasta el
fondo sin mirar por donde va y hacía donde se dirige. Una manifestación
alentada por esté señor para esgrimir sus deseos de independencia sin tener en
cuenta lo que les va en ello, sin medir las palabras como debiera y actuar con
las formas al que el cargo que ostenta le obligan.
No se puede llevar el
liderazgo de una acción como la que presume sin informar de forma conveniente a
quienes le siguen, algo de lo que tiene mucho en común con el Sr. Rajoy por
cierto. Una independencia ya es de por sí demasiado problemática como para
hacerla en un referéndum impulsivo. A nadie se le ocurrió cuando salió a exigir
la independencia que si Catalunya se separa de España, lo hace también de la
UE, de los mercados nacionales de Ibex, de la moneda europea y de sus derechos
como ciudadanos de este país. Ahí que volver a la realidad, tal y como están
demostrando las grandes empresas ubicadas en la comunidad y las grandes
multinacionales que ven con recelo los movimientos de Arthur Mas.
Cuando Europa se mueve
lentamente hacía un resurgimiento de su economía no pueden salir a la palestra
política señores como este, para con sus continuos deseos independentistas
obstaculizar el progreso de España. La política arancelaria no parece haberla
tenido en cuenta, ni la divisa devaluada que deberá crear en Catalunya y que le
llevara al caos financiero, económico y social a muy corto plazo. De eso no se percataron
los asistentes a la manifestación convocada. ¿Y los bancos? Entidades que
venden sus productos fuera de la comunidad catalana ven con malestar las
declaraciones del Presidente de CIU. Algo que desde un punto de vista
sociológico queda suficientemente demostrado como es poder medir el posible
desastre de la economía, está en ofrecer el producto al mayor número de
clientes posible, para diversificar el riesgo de quedar atrapado en un reducido
número de solicitantes del mismo. Eso es algo a lo que los bancos en Catalunya
no están dispuestos por mucho que el Sr. Mas se empeñe en ello.
Lo que está claro con
toda está situación es que España nada es sin Catalunya u otra de las
comunidades autonomías que la integran, y ellas no son nada sin España. Lo que
si se puede afirmar con total rotundidad es que defender los idéales de cada
uno, el deseo de independencia o cualquier otro sentido ideológico, se puede
hacer desde el diálogo siempre sometido a la democracia, eso nadie puede negarlo
por ser un drecho legitimo de los ciudadanos de nuestro país.
Juan Antonio Sánchez Campos
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