lunes, 17 de junio de 2019

Millones de euros ineficaces a centenares de necesidades apremiantes


En este tecnológico mundo nos llegan noticias constantemente, bombardeos informativos que mantienen una ingente opinión venida de muy diversos ángulos de nuestra vida cotidiana. Una de esas informaciones me ha dejado más irritado que de costumbre, los centenares de millones de euros destinados a la lucha contra el desempleo que no sirven para nada. Esos cursos que se dan para mantener tranquilos, como si de una terapia de choque se tratase, a cientos de ciudadanos y ciudadanas con una larga espera en las ineficaces listas de un INEM desastroso.
Y es que nos dicen que el trabajo va bien, que la iniciativa empresarial para fomentar el empleo está funcionando, que los sueldos se equiparán a una dignidad dañada desde hace años y de que las políticas de empleo funcionan de manera aparentemente exitosa. Mentira, esa es la palabra que mejor adecua la verdad de lo que ocurre, los salarios son cada vez más insuficientes al trabajo desempeñado, los contratos desdeñan a las personas y las horas se superan con creces por mucho que digan las normas.
Hay hombres y mujeres, mayores y jóvenes, formados y con una educación primaria, padres, madres o personas solteras que llevan más de dos años en las listas del desempleo, existen personas que hasta que dejaron de prestar servicios al mercado laboral por razones diversas hace más de diez años no han  vuelto a ser llamados para desempeñar actividad alguna, algunos les dio por la depresión,  a otros por el vandalismo derivado de la necesidad y los y las hay que simplemente se han dejado llevar por la decadencia del sistema y la dejadez institucional.
Eso es lo que significan los cientos de millones de euros que se van por las alcantarillas de un esquema ineficaz, de una realidad dolorosa y de la previsión de seguir así por mucho tiempo si no se cambian el sistema, las personas que trabajan sin éxito para encontrar soluciones o los caudales dinerarios que sirvan para al menos, mantener la dignidad de la ciudadanía a salvo de la desorientación nociva del paro. jasc


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