lunes, 2 de julio de 2012

Evasión y victoria

Tras un nuevo éxito del deporte español se calculaba a conciencia el futuro de un país que se sabía rescatado y que ahora, está financieramente intervenido por los grandes de Europa.
No le ha venido nada mal al Sr. Rajoy la celebración de los Eurocopa de Fútbol, la verdad es que parece que ni hecho a la medida de sus necesidades. La indudable alegría que la selección española ha dado a la afición y el resto de ciudadanos, es notoriamente significativa del resultado. La satisfacción de ver como un grupo de jugadores exigidos con el compromiso de lograr el éxito, ha sido la causa de que muchos estuviésemos pendientes de la radio o los televisores, apartados de unas negociaciones que comprometían nuestro futuro económico, laboral y como no podía ser de otra forma, del crecimiento necesario en todo lo relacionado con el futuro de nuestras familias.
A un lado quedaron por unos días la alerta social en la incertidumbre con la que los mercados miraban a España, amparados en los goles de nuestros jugadoress y en las paradas de un personaje que es emblema de triunfo en nuestro país. Sólo unos pocos se atrevían a seguir marcando el objetivo del Gobierno, el ajuste y las reformas han estado aparcados unos instantes que parecieron eternos hasta levantar la Copa que premiaba el juego vistoso de un equipo ganador.
El esplendor con el que lucían los balcones y ventanas engalanados con la bandera española, tapaba la preocupación  que en muchos hogares existe cuando miran al futuro; un mañana que bien podía esperar con la recompensa deportiva conquistada. El posterior alborozó duro el tiempo que corre desde el pitido final a la vuelta del sueño, después el silencio y la esperanza en un mañana que amanecerá pronto, tan real como la figura de un Presidente que mantiene el tipo por simple egocentrismo.
Si Sr. Rajoy nos hemos dado perfecta cuenta de todo lo sucedido, a pesar suyo, de los movimientos que ha protagonizando en una cumbre orientada al beneficio de los países que siempre han estado a la cabeza del resto. Desde Francia, que después de las conversaciones con la Sra. Merkel disfrazó su contrariedad, hasta Italia que consiguió lo que ya tenían preparado los integrantes del CE, del Banco Central y como no, de la Sra. Leguarde y su FMI, hasta la alegría incoherente de su Ejecutiva en pleno, conformista con lo que le vino en el sorteo.
Ahora ya no es el Estado con su FROB el que tenga que proveer las arcas de los bancos, será directamente Europa la que nos vaya surtiendo, según necesidades aprobadas de antemano, del dinero que la soberanía de esté país vaya necesitando.  Usted se ha quitado de en medio un compromiso, a sabiendas de ello desde el comienzo de las negociaciones, que no ha dejado vislumbrar por falta de decisión política hasta haberlo “conseguido”. Ahora vendrán las explicaciones que desee dar a la oposición, que redundará en esfuerzos para sacarle de sus “casillas” sin conseguirlo; sus declaraciones antes ambiguas serán pura demagogia ya pasada y el sillón de la mayoría le vendrá un poco más grande con el tiempo.
España ha ganado sí, pero tan sólo en el terreno de juego, que repercutirá en beneficio lúdico pasajero; lo importante, lo realmente pernicioso, es que además ha tenido suerte, ha sentido la losa sobre su pecho y ha aguantado la respiración lo suficiente para salir airoso del trance. Ahora comienza un nuevo Europeo, el de verdad, el que nos toca por sorteo exclusivo de las fuerzas dominantes del futuro de la UE, que han venido a designar a España como el mejor lugar para fomentar una nueva fórmula de convertir Europa en una fortaleza, con los centinelas en las garitas de vigilancia para que no salga nadie de donde se le ha ubicado.
La ciudadanía se vuelca en una solución, la de ser parte implicada y participativa en el Gobierno y en las administraciones, para ser de las garitas hacia el campo que nos pertenece la que imponga las obligaciones a sus representantes en el Gobierno y les haga responsables de su gestión.
Sólo así, con el juego limpio y con el toque apropiado, venceremos a quien se interponga entre el derecho del ciudadano y los dogmas del poder. Es la única solución que nos resolverá el problema de una oligarquía creada a conciencia entre el PP y la oposición para mantenerse en el poder el tiempo que sea necesario. El camino será un futuro compartido entre todos los ciudadanos, en el que el gobernante será un mero espectador al servicio del pueblo.
Juan Antonio Sánchez Campos

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