jueves, 17 de octubre de 2019

100 AÑOS DE COMPAÑÍA


Han pasado 100 años, un siglo en la vida de Madrid y cuyo progreso por el bien de la ciudadanía tristemente en la sociedad no ha repercutido prácticamente nada, siguiendo con sus mismas discusiones recurrentes al provecho de los que tienen mayores recursos mientras las luchas por los derechos de los débiles sigue viajando en el vagón de cola de la jerarquía política. Si en sus usos, gustos, costumbres o iconos de lo que significa una Calidad de Vida y un Bienestar de las familias hasta ahora inaccesible para la inmensa mayoría. Sí, cien años en los que hemos pasado de estación en estación, cruzado andenes, haciendo transbordos y multiplicando por centenares el número de pasajeros de un medio de transporte realmente extraordinario para el devenir de nuestro día a día. Por encima de sus vías tuvimos latigazos ideológicos, golpes terroristas, políticas obsoletas que acabaron con la dictadura y una Transición encomiable de la que deberíamos de enorgullecernos todos y todas las que hemos tenido la suerte de conocer de primera mano lo que la libertad de expresión y nuestros derechos significan tras la firma de la Carta Magna. Han pasado diez decenios, veinte lustros, muchas muertes inocentes arrebatadas a sus vagones, a sus túneles concurrentes de aire que azotan un invierno crudo o calientan un rostro helado, a la protección de la lluvia sobre nuestras cabezas, jalonadas por paredes curvadas, pasillos tintineantes de tacones repujados y gentíos abundantes que solo conocen sus extrañas figuras, a veces incluso en la soledad de una hora determinada, formas o sonidos evocadores de miedos. Ha pasado un siglo en el que no nos hemos podido despegar de una constante afluencia de ideas para rebatir opiniones ajenas que se bajan en distintas estaciones de un recorrido cargado de historia.
No quiero menospreciar la fecha, no es mi intención malograr aspectos de nuestros colectivos sociales mejor posicionados que, por el contrario, viajan a nuestro lado solidarios del valor que el uso de tal herramienta influye al proyecto tecnológico. Ya no se abren conductos en los altos del vagón para que entre el frescor de las corrientes sobre la frente del pasajero, ya no deben de usarse a no ser por dignidad propia organigramas favorecedores de eliminar olores a humanidad sostenidos. Se ha avanzado, la seguridad y el compromiso con los usuarios ha sido garante de tal proceso de avance, espero que en todo lo que esta sociedad demande para un futuro más accesible todos y todas las que tienen el poder de ejecutar las normas primen en ello y provean las necesidades; por tal motivo es Metro Madrid quién debe liderar el proyecto y extienda su compromiso con las instituciones para que las barreras arquitectónicas sean tan sólo un recuerdo más del pasado mejorado en la larga lista de este histórico transporte
 jasc

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